La idea que te traigo hoy es un clásico navideño: las cestas y lotes de Navidad. Se trata de un regalo súper habitual pre Navideño que seguramente asocias más a un detalle que hacen las empresas a sus trabajadores que no a una opción cómo regalo a cualquier persona cercana ¿verdad?
Si has pensado que si, déjame explicarte cuáles son mis razones para elegir este rega-lazo-.
Para empezar, pongámonos en contexto. El origen de esta tradición se remonta a la época romana ya que ellos fueron los pioneros en regalar lo que se conocía como la “sportula”; una cesta repleta de comida que el patrón entregaba a sus subordinados o clientes de los estratos sociales más bajos. Ya ves que tampoco ha cambiado tanto.
¿Por qué es una buena opción para regalar? Aquí mi reflexión:
Una cena de Nochebuena o fin de año (por poner un ejemplo) en un entorno familiar, suele costar de media por comensal entre 30 y 50 euros. Obviamente esto es un precio estimado. Habrá quién gaste más y quién gaste menos.
La situación es que, aunque no seamos conscientes, el hecho de que nos inviten esos días especiales, supone para quién lo hace un gasto. Muchas veces no conocemos la situación económica de cada persona (aunque sean familiares o personas muy cercanas) y quizá, por apuro no nos está diciendo que realmente le viene mal. Regalando una cesta navideña contribuimos, por un lado, a compensar un poco ese gasto que también generamos nosotros y por otro, hacemos un regalo que podemos incluir dentro del consumo responsable ya que todo lo que vamos a regalar va a ser consumido.
Mis recomendaciones para elegir tu cesta:
- Piensa en quien recibe la cesta. Si sabemos que nuestro destinatario no consume ciertos alimentos o es alérgico/intolerante a algún alimento concreto, será un detalle no incluirlo dentro de la cesta. Ten también presente si tu destinatario suele beber alcohol o no ya que quizá prefiera más comida y menos bebida.
- No elijas exclusivamente productos navideños ya que al final acabamos sufriendo sobredosis de tantos turrones y polvorones. Hay muchos alimentos que pueden conservarse durante bastante tiempo antes de ser consumidos.
- El tamaño no importa. Valora cuál es tu presupuesto y encuentra algo que se ajuste a lo que buscas. A veces es mejor buscar calidad en los productos que no cantidad.